Hello, debido a que desde hoy debo tomar un medicamento para «sacudirme» la depre/ansiedad, se me ocurrió escribir y plasmar para la posteridad lo que me acuerdo que fue mi camino con el Escitalopram. Este es un medicamento que «a mi» me lo dieron para la ansiedad y crisis de pánico por un médico certificado, más indicaciones de terapia y todo, ya que tomar cosas solas sin apoyo para que puedas sanar, no va a funcionar bien.
Recuerdo que desde un principio en la terapia con mi psicóloga comentamos el tema de los medicamentos, a lo cual me opuse totalmente, pues siempre creí poder resolverlo solamente hablando y tomando Melissa. Pero el mes 5 de ese año, luego de contener a una persona que sufría una crisis de pánico activa, me caí en picada, sin darme cuenta hasta que me dieron licencia. Y uno al leer eso piensa: «seguramente le dio una crisis, llanto, gritos…» pero no, solo fui por un dolor de oídos al médico general y, en éste no tenia nada, pues era la mandíbula por tanto bruxar (no tengo bruxismo nocturno, yo lo hago de día). Me dieron el medicamento y después de hablar con mi psicóloga y un doctor bacán, lo digo así porque jamás me había entrevistado con un medico por 2 horas, donde me sacó todo el rollo jajaja, lo comencé a tomar y… Guacala! me hizo pedazos el estómago, me dolía, tenía nauseas y fue horrible. Le conté a mi doc bacán y me pidió cambiarlo por uno recubierto (ya que había comprado el mas barato) y que lo acompañara con Clotiazepam para apoyar a mi retroceso de la ansiedad. Aquí me desmoralicé, pues ya me estaban dando un medicamento (C) para parar la ansiedad que me daba tomarme el otro medicamento (E) que era para parar la ansiedad que ya tenía por la vida misma…
Luego de eso, fue todo miel sobre hojuelas: hubo tiempo de adaptación donde sentí lo esperable como un poco de mareo y cansancio, pero luego ni lo noté. Empecé a hacer mi vida normal, me lo tomaba y parecía que no había tomado nada y eso me encantó. Lo tomaba porque debía y estaba mejor, manejaba mejor el estrés y todo era hermoso…. Hasta que llegó el momento de dejarlo.
Ahí cambió la cosa. O sea, según lo que me habían dicho era esperable que te bajonearas un poco, anduvieras irritable y rara hasta dejar el medicamento (ya que se va bajando la dosis de a poco), pero la sorpresa fue que no pasó nada en ese intertanto… Si no, que fue cuando ya dejé de tomarlo completamente: Me dieron crisis de llanto y risa – sí, al mismo tiempo en forma intensa- me enojada desmesuradamente por cosas insignificantes, después andaba depre, después eufórica y así, hasta que me regulé y todo estuvo genial. Y eso fue todo.
Que fome el final, me esperaba algo más cinematográfico, un vivieron felices para siempre, o algo así…
Bueno, no es «tan final – final», porque seguí con mis terapias y mi trabajo interno y todo estuvo bien, hasta que estaba tan bien que se me olvidó seguir con mis respiraciones, el ejercicio y el trabajo mental, lo que junto a cosas nuevas y sorpresivas que trajo este año, me hicieron caer de nuevo… pero Hey! ya estamos trabajando nuevamente para eso.
Sé que nadie está leyendo esto, porque es un blog olvidado en el tiempo, peeeero si estás aquí, recuerda mantener tu salud mental en forma, cuidando de TUS necesidades. Un abrazo gigante.